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HISTORIA DE LA BODEGA PAGO DE CARRAOVEJAS

Pago de Carraovejas es fruto de una ilusión, la de José María Ruiz de fundar su propio restaurante dónde ofrecer su propio vino y sus propios cochinillos. Este sueño es el que le lleva a formarse en la degustación y elaboración de vino. 

En 1982 abre su restaurante José María en Segovia cuidando al máximo el servicio del vino. Lo primero que hizo fue dejar de ofrecer jarras de barro para ofrecer al comensal vino embotellado. 

Pero no fue hasta 1987 cuando José María Ruiz encabeza la creación de una bodega en la zona de la Ribera del Duero con uno sólo objetivo: crear vinos excepcionales. Nace Pago de Carraovejas. 

La finca, actualmente consta de 200 hectáreas y está a 3 km de Peñafiel, en las laderas de Carraovejas, en la solana de los valles del río Botijas. La altitud media es de 850 metros sobre el nivel del mar. Es una zona que era recordada por los más viejos del lugar como las mejores tierras de la zona. 

Por su situación en un cruce de ríos, la finca goza de un microclima en el que los vientos del oeste favorecen la sanidad de la uva y la orientación sur de las laderas las protegen del viento del norte y de las heladas. Las precipitaciones son bajas entre 300 y 400 mm al año. Los inviernos son largos, fríos y húmedos y los veranos cortos, secos y de mucho calor.

La bodega trabaja con tres variedades de uva: Tinta Fina (Tempranillo), Cabernet Sauvignon y Merlot y con tres sistemas de cultivo: doble cordón Royat, terrazas y eje vertical. La viticultura que se realiza se adapta al terreno siendo más tradicional en la zona del valle y una viticultura de montaña en las laderas con más pendiente.

La finca está en continúa renovación, ampliando plantaciones donde se puede por el terreno y la modernización es constante. Todo con el objetivo de optimizar el viñedo para conseguir la mayor calidad posible respetando al máximo la tierra. 

El trabajo en la viña es fundamental durante todo el proceso previo a la vendimia. Poda en seco, poda en verde, el desnietado, aclarado de los racimos y el deshojado; todas ellas labores manuales. Mecánicamente se realizan trabajos como el despuntado. 

El comienzo de la vendimia se decide cada año teniendo en cuenta los factores climáticos, el ciclo de la vid y la maduración de la uva.  

Carraovejas ha sido y es una bodega innovadora, siendo la primera bodega en Ribera en introducir un porcentaje del 25% de Cabernet en una zona donde primaba la Tinta Fina. También han sido los primeros en instalar el riego por goteo y en usar roble francés en la zona. 

Su primera cosecha fue en 1991 y, desde aquel año, han ido ampliando la producción gracias a su continuo crecimiento. Pasando de las 25 hectáreas en sus inicios a las 200 hectáreas actuales. 

Las instalaciones de la bodega cuentan con más de 26.000 m2 divididos en un área de elaboración, un área de crianza y un área social. Cuenta con un equipo de más de 70 personas que trabajan en el campo, oficinas y enoturismo.