Varias añadas de su vino más emblemático "Contador", han conseguido la máxima calificación a nivel internacional cuando el critico Robert Parker les otorgó 100 puntos sobre 100 en su valoración.
MoreLos comienzos de esta bodega se remontan a 1995 cuando Benjamín Romeo, enólogo y viticultor de reconocido prestigio, adquiere una cueva centenaria bajo el castillo de San Vicente de la Sonsierra en La Rioja. En 1996, como resultado de su primera cosecha, elabora su primer vino: La Cueva del Contador. A partir de este momento comienza a comprar viñas para el proyecto que tiene en mente.
En 1999 sale al mercado la primera añada de su vino Contador que obtiene muy buena acogida por parte del público y de la prensa especializada. A partir de este momento Benjamín Romeo decide dedicarse de pleno a este proyecto por lo que en 2001 acondiciona el garaje de sus padres para la elaboración de vino y aumentar la producción.
Contador 2004 y Contador 2005 reciben la máxima puntuación Parker obtenido en España hasta el momento, 100 puntos, lo que supone que la marca alcanza prestigio nacional e internacional en poco tiempo.
A partir del 2004 empieza a planificar la construcción de la bodega actual, acabando la ejecución de las obras en 2008. El edificio está situado a los pies de San Vicente de la Sonsierra.
La atención al detalle marca la trayectoria de esta bodega, ya que el propio Benjamín Romeo se encarga de supervisar todas las fases de producción; desde el cuidado de la viña hasta en el diseño de las etiquetas de las botellas.
La compra de diferentes parcelas a lo largo de estos años es clave en la estrategia de la bodega, puesto que son más de 50 con diferentes suelos, altitudes y orientaciones lo que permite elaborar vinos de gran complejidad.
Las cepas están conducidas en vaso, dejando una sola yema por pulgar para potenciar la calidad de la uva. La tierra no se abona todos los años, y cuando se hace, se abona con materia orgánica y para tratar la vid se utilizan productos no residuales.
La vendimia se realiza manualmente en pequeñas cajas de 14 kilos que se llevan a la bodega en un plazo máximo de 30 minutos. La uva que supera la selección se lleva a los depósitos de fermentación, que se realiza de manera controlada en tinos troncocónicos de roble francés de 10.000 litros de capacidad. La fermentación maloláctica se realiza en barricas nuevas de roble francés de las mejores tonelerías de Francia. La crianza se realiza en barricas durante 18 y 20 meses, realizando trasiegas y rellenos semanales.
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Una bodega con inicios humildes que ha ido creciendo con los años gracias al reconocimiento tanto nacional como fuera de España de la calidad de sus vinos.