La Bodega Jiménez Landi se fundó en 1963, pero en un principio no de manera profesional y elaboraban vinos para consumo de la familia y de sus amigos. Así que son más de 50 años de tradición vitivinícola que esta familia lleva a sus espaldas. No es hasta el 2004, que los primos Daniel y José Benavides Jiménez-Landi dan un impulso a la bodega, situando su garnacha como un referente en la denominación. En la actualidad, y desde 2011, José dirige la bodega en solitario, con la misma ilusión y cariño con la que su familia siempre ha trabajado el campo y la elaboración de sus vinos, apostando por el respeto al medio ambiente con un cultivo ecológico y una elaboración artesanal con producciones limitadas.
Desarrollan su actividad en la D.O. Méntrida, en el pueblo de Méntrida, una zona donde al norte de Toledo y en las estribaciones de la Sierra de Gredos, entre los valles de río Alberche y el río Tiétar.
El edificio de la bodega está en una casa solariega de finales del sg. XVI, donde ya se elaboraba vino en grandes tinajas que aguardaban el paso del tiempo en la zona que actualmente se dedica al cementerio de botellas de la bodega.
Los vinos que se elaboran tras los gruesos muros de la casona familiar son vinos especiales, que representan toda la singularidad de su terruño. Trabajan de la manera menos intervencionista posible, con levaduras autóctonas y evitando el uso de productos químicos.
Tienen varias parcelas en las localidades de Méntrida y El Real de San Vicente. En total son 20 hectáreas de viñedo. Los viñedos de Méntrida están al pie de la Sierra de Gredos, plantados en suelos arenosos y arcillosos de origen granítico a una altitud entre los 500 y 600 metros. El clima es continental extremo, con inviernos largos y fríos y veranos muy caluroso y secos. Se cultivan garnacha y syrah en 15 hectáreas en propiedad. Los viñedos de San vicente son más viejos y son 5 hectáreas de garnacha y con una altitud entre los 750 y los 900 metros.
Cada parcela la vinifican separadamente. El vino fermenta en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura para los vinos Bajondillo y Sotorronero. Para Piélago y Ataulfos se fermenta, también por separado, en depósitos abiertos de madera. Las crianzas se realizan en barricas de roble francés de capacidad variable entre los 500 y los 3000 litros.