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Logo Bodegas MugaBodegas Muga está situado en el mítico Barrio de la Estación de Haro, donde se ubican gran número de bodegas riojanas.

Bodegas Muga aúna tradición y modernidad. La elaboración de los vinos sigue siendo con procedimiento tradicionales como la clarificación, trasiego por gravedad. Además, es la única bodega con un maestro cubero y tres toneleros propios

BODEGAS MUGA

Bodegas Muga está situado en el mítico Barrio de la Estación de Haro, donde se ubican gran número de bodegas riojanas. Bodegas Muga aúna tradición y modernidad. La elaboración de los vinos sigue siendo con procedimiento tradicionales como la clarificación, trasiego por gravedad. Además, es la única bodega con un maestro cubero y tres toneleros propios

Los viñedos de Bodega Muga están situados en Rioja Alta, al pie de los Montes Obarenes. Los suelos son casi todos arcillo calcáreos. Las bodegas poseen 200 hectáreas de viñedos propios y otras 150 hectáreas de agricultores que trabajan para ellos. Las variedades cultivadas son Tempranillo, Garnacha, Mazuelo y Graciano para los tintos. Viura y Malvasía para los blancos.

Las uvas que llegan a bodega se analizan para conocer el grado, la acidez, el color y el estado fitosanitario. Este análisis ayuda a clasificar la uva según su calidad. Las uvas pasan por mesa de selección donde se eliminan los racimos que no alcanzan la calidad deseada. Los racimos seleccionados se despalillan y las uvas se depositan en tinos para su fermentación.

Vista aérea Bodegas MugaBodegas MugaDepósitos de madera en Bodegas Muga

La fermentación alcohólica se realiza en con contacto el mosto con su hollejo. En Muga tienen 4 salsas de fermentación con 90 tinas de madera de roble de los 3.000 litros a los 15.000 litros de capacidad. 

La fermentación maloláctica se realiza de manera natural. La crianza en barrica va de 24 a 36 meses. Se realizan trasiegos por gravedad cada 4 meses lo que permite eliminar impurezas y oxigenar el vino.

Antes del embotellado se clarifica el vino con el método tradicional de la clara de huevo. Esta labor arrastra las impurezas que aún queden y suaviza los taninos. 

Una vez embotellado el vino permanece en bodega entre los 9 meses para los crianzas y 36 meses para Prado Enea Gran Reserva.

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