Los viñedos que posee la Bodega Pastor Díaz en la pequeña localidad riojana de Aldeanueva, tienen dos tipos de suelo: arcillo-calcáreo y suelos aluviales. Los primeros son suelos poco fértiles, pero que producen vinos con las características ideales para la crianza. Los aluviales están dispuestos en terrazas en las inmediaciones del río Ebro. Son suelos muy permeables y cubiertos de cantos rodados.
En cuanto al clima podemos hablar de que en los viñedos e la bodega Pastor Díaz conviven 3 clases de climas diferentes, dependiendo del terreno donde se encuentren. Se tratan del mediterráneo, atlántico y continental. Las lluvias oscilan entre los 250 y los 400 mm/año y las temperaturas están entre los 13ºC y los 19ºC.
La bodega Pastor Díaz pone especial cuidado en sus 110 hectáreas de viñedos a los pies del monte Yerga, ya que siempre han tenido presente que lo más importante es el trabajo en el campo, cuidar la sanidad de las viñas y trabajar cada fase del ciclo vegetativo como corresponde. La bodega riojana aúna la más antigua tradición vitivinícola con la más moderna tecnología. A su vez, han modernizado todas sus instalaciones y sus viñedos para sacar mayores y mejores rendimientos a sus viñedos.
Sus viñedos están situados en terrenos entre los 350 metros y los 600 metros de altitud, dependiendo de si están más próximos al río Ebro o al monte Yerga. Principalmente cultivan Tempranillo con 90 hectáreas, aunque también tienen parcelas con las variedades de uva Garnacha (10 hectáreas) y Graciano (10 hectáreas).
Desde su fundación, la bodega ha ido ampliando y modernizando sus instalaciones, con una zona de elaboración y otra para la crianza de los vinos, con capacidad para 1.200 barricas de roble americano y 600 barricas de roble francés.
Para la elaboración de sus vinos Castroviejo, la bodega sigue el siguiente proceso. Después de la vendimia la uva se descarga en la tolva. Se produce un ligero despalillado y estrujado. El vino pasa a enormes depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada donde realiza una fermentación tumultuosa. Se procede a un descubado y realiza la maloláctica también de depósitos de acero. Se pasa el vino a barricas de roble americano y francés donde realiza su crianza. Una vez embotellado, el vino reposa en botella el tiempo que los expertos de la bodega estimen necesario.